fuimos como el huracán y los fuegos
profundos y violentos
iluminamos la oscuridad de lo cotidiano
ardimos de prisa
muy de prisa nos consumimos
fuimos hermosos y fantásticos
la única esperanza en el silencio
la otra cara de la soledad
que no esperó
hasta encontrar lo mejor
acabamos con eternas explosiones
novas sangrantes
dorádas y pálidas
de nosotros no queda ni el recuerdo
sólo el polvo
que es del viento