miércoles, 24 de diciembre de 2008

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En estas navidades
me encuentro hecho jirones de tristeza
bajo las luces que son como una guerra
con la duda rota en esta pieza
que pronto ya se acaba y ya se aleja

en estas navidades
tu figura persigue mis deseos
te encuentro tan lejana y me deshago
en retazos azulados de mi sangre
que como yo sufren cada instante

en estas navidades
pienso tanto en lo perdido que es angustia
corro a escondites imposibles en la luna
que alguna vez me vio feliz y aletargado
en otras navidades del pasado

viernes, 19 de diciembre de 2008

Aficciones

Escirbo esto porque no me queda otra cosa por hacer. Me quiero librar de todo y no puedo. A veces creo que no quiero.

1) L. me agarró deprevenido cuando todavía no sabía que iba a ser de mi vida, o sea, mucho más tarde de lo que realmente necesitaba. Me abrió los ojos violentamente en un auto en una calle oscura, y me hizo ver que nada era como yo quería. Recién ahora comprendo que me había mostrado mucho más: nunca nada de lo que quisiera iba a ser como esperaba.
Fueron momentos fantásticos, extraños por lo inesperado y angustiantes por la paranoia. No podía mirarla sin preguntarme hasta cuándo iba a durar, qué me había visto, qué era yo para ella. Sus ojos marrones veían más de lo que había realmente, y siempre pensé que no era lo suficientemente bueno para ella. Y si digo que ahora lo creo, estoy mientiendo.
Todavía puedo sentir su respiración acompasada sobre mi pecho, cuando todo lo que podíamos hacer era dormir una Salta opiácea, y esperar que mañana saliera el sol. Hablar hasta que el sol nos agarrara, entre sonrisas, besos y eso que se ocultaba debajo de su ropa era todo lo que se podía esperar. Fue la espera más hermosa de mi vida.
Cada vez que me enamoro (aún hoy, tanto tiempo odespués) busco algún razgo de ella en las demás. Nadie tuvo su sonrisa, y nadie me enseñó tanto. Quizá no aprendí con ella lo más importante, pero si lo más abundante.
Lamento haber sido la persona que fui cuando estaba junto a ella, pero sé que conmigo por lo menos todavía podía esperar lo insospechable, el futuro era una promesa y nada nos iba a separar. Debería haber sido mejor con ella, pero estaba aprendiendo, y las dudas me siguen persiguiendo.
L. fue el mejor punto de partida, y no creo llorar nunca por nadie lo que lloré por ella. Eso no es un halago, es la verdad.

2) D. siempre fue una esperanza. Hoy, cuando la veo por la calle, siempre sonriente, rodeada de gente, espero algo de ella. Me recriminó duramente esos anhelos infundados, aunque no sabía que no los puedo evitar.
D. me arrancó de mi mismo en una época en la que me tenía por perdido. La casualidad me llevó a su lado (la casualidad y la timidez y la suerte y un patovica enojado) y no me pude separar. Lo intenté, durante mucho tiempo, después de que me dejara como en una película, una separación sin palabras, con algo de culpa en sus ojos y con todo el odio en los míos. Esa noche me hbía sonreido al saludarnos.
Le debo mucho, pero es difícil precisar exáctamente qué. Se mantuvo alejada estratégicamente, esperando algo, y cuando finalmente se acercó fue un trueno ensordecedor pero breve, lo que pasa en el tiempo en el que dejamos de soñar y despertamos. Justo lo que tenía que durar para resultar en una despedida adelantada, la despedida que sigue vigente cada vez que nos encontramos. Siempre por casualidad, siempre tan poco y tan lejos.
Siempre fui yo con D.. No me puedo contener, exloto y arruino todo. Todavía pienso que hay una parte de vengaza por aquell pelea muda de la que no me puedo olvidar. Lo malo es que no le puedo hacer entender que en realidad no soy yo con ella, en realidad somos y no hay otra cosa que hacer.
Creo que durante toda mi vida voy a esperarla, aunque sea mentira todo, inclusive esto. La voy a esperar porque nunca la voy a tener, por más que intente, ella no es para mí, yo no soy para ella. Fuimos un accidente en una esquina medio despoblada, una sonrisa mal intencionada, y las ganas de que nunca se acabe.
D. es arena y yo un reloj. O un dibujo en un cuaderno azul. O nada.

3) N. me persigue. En algún momento le dije que mientras todas pasaban, ella quedaba. No creo haberle mentido enteramente. Ella también pasó, pero por un esfuerzo personal. De vez en cuando sueño con ella.
Por alguna razón escribir sobre N. es más difícil. Sería injusto comenzar con magnitudes inexistentes, así que no lo voy a hacer. Pero puedo asegurar, sin lugar a dudas, que si en algún momento de mi vida sentí pasión por algo, fue mientras estuve con ella.
Sospecho que ahora me odia, o por lo menos, que me tiene lástima. La imágen del bloggero triste le quedó marcada indeleblemente, las lágrimas que me vio invertir en D., y ese "no me gusta que estés mal" que nunca nadie más repitió. Es muy difícil escribir de N.
Ahora hay una especie de cortesía hiriente que me desgasta, me abruma y, cuando estoy más desprevenido, me vence y necesito destruirla. Cualquier método es bueno, pero no lo consigo. Sólo logro miedo y desconcierto. O pena, esa lástima tan indefinida por un momento del pasado que no es prudente que se repita.
N. es innumerables esquinas, momentos fugaces en recodos inaccesibles, furia camuflada de fuego y todo lo que esperaba. Una vez fue todo lo que quise, el resto del tiempo fue mis imginaciones. Me gusta pensar (es lo único que me impide llorarla) que yo alguna vez tambié fui las suyas.
Es tan difícil escribir de N..

4) C. está demasiado fresca. Todavía me figuro su perfume cada vez que me acuesto y se me aparece en sueños casi todas las noches. Es la razón primera por la que escribo todo esto, y es la única persona que no se va a enterar de lo que está escrito por mi mano. No es por venganza ni por rencor, es simplemente un juego más, quizá el último, y la única pista es que para mí ahora casi nada existe.
Tengo miedo de haberme confundido, aunque más de tener la razón. Algo de ella se me escapó y nunca lo pude recuperar. Su amor siempre fue menos que su furia (ojos-zafiro-furia) y el rencor era tan terrible. Me desintegró y me vi reducido a la nada. La expresión de la soledad, la mota menguante que intentaba desaparecer.
No creo haber sido más feliz que en el casi inexistente tiemp que compartimos, tan entera y francamente feliz. Sin ocultar nada, sin miedos, sin pensar. Sólo feliz. Un segundo, dos segundos. Creí poder hacerla feliz. No pudo. Algo de ella se me escapó y nunca lo pude recuperar.
C. está muy fresca, y siento que sus ojos me observan.

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Escirbo esto porque no me queda otra cosa por hacer. Ustedes me hicieron lo que soy. Deberían saber que estoy muy agradecido, y que, a pesar de todo, estoy bien.

martes, 16 de diciembre de 2008

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La vida sigue, eso dicen.
Aún cuando ya no hay entrañas
La vida sigue, eso dicen.
y la sangre fluye en ríos rojos
La vida sigue, eso dicen.
contra las lagrimas que paran todo
La vida sigue, eso dicen.
aunque la respiración arda en el pecho
La vida sigue, eso dicen.
mientras nos morimos solos
La vida sigue, eso dicen.
con todos los huesos rotos
La vida sigue, eso dicen.
con miradas son furtivas y de miedo
La vida sigue, eso dicen.
rugiendo soledades en la calle
La vida sigue, eso dicen.
con el consuelo de no sufrir solo
La vida sigue, eso dicen.

Pero mienten.

domingo, 14 de diciembre de 2008

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delenda est

un clavo más
para mi nueva sepultura
de tierra negra y de sal
hundida en abandono
corroída por la soledad

un clavo más
el retorno con tristeza
sin la culpa y sin el mal
horas de pasado y sombras
que oscurecen. uno más

y un collar de ajo rojo
para evitar regresar
que el fuego consuma todo
y el martillo,
otro más.