jueves, 17 de abril de 2008

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La furia no me deja.
Me persigue, por mis crímenes de sangre.
Mi herencia espuria la atrae, sabe que soy su hijo.
Olvido de Dios, tiempo circular.
La furia escapa a todo, es pura y brillante, inmaculada.
Nunca me deja, soy su hijo.
El viento rojo me persigue, ruge,
y el ruido amenaza las esquinas.

No hay nada, sólo temor, sólo temor
temor
temor
temor
temor

Y oscuridad.