lunes, 1 de junio de 2009

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siento el irreparable peso
del mundo que acecha cada instante
se prepara para el quiebre y me quebranta
con lentas fisuras de decoro

veo la realidad con sus ciudades y oficinas
que tan ajena era en el pasado
uniéndose a mi vida, palmo a palmo
manchando de gris el verde y oro

me comploto con el todo, yo permito
esta horrible traición a mis instintos
por querer ser algo o ser digno
de miradas que condenan a lo ajeno

está bien, acepto este destino
que como es mío fue de tantos antes
que no haya tristeza en este ser cansino
que haya amor, algo de poesía, y arte

que sea tu mano que me salve del destierro